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La noche de los "GILES"

Existe una noche en la historia, en la cual los cuencanos fueron muy inocentes o “giles”, terminó con el cual se llamó a este día que permanecerá en el tiempo.

La madrugada del 4 de noviembre de 1985, la ciudad entera se encontró volcada en calles, plazas y parques, a causa de un pánico colectivo originado por el rumor de un terremoto a provocarse en ese día.

Se dice que la gente salía de sus casas con maletas en mano, ponchos, comida y demás. Se veía como se iban prendiendo las luces de las casas, todos sacaban los carros llevando a sus hijos hacia lugares que "supuestamente" no iban a tener problema con el terremoto. El siniestro primero pasaría por Azogues y luego, con media hora de retraso, tocaría las tierras cuencanas

El pánico se propulsó mediante los canales de comunicación de esa época. Teléfonos convencionales, los radioaficionados, y los parientes y vecinos que llamaban a las puertas de los incautos dormidos, quienes, de un sobresalto, se preparaban para salir de sus casas, en medio del frío de la noche.

Los cuencanos intrépidos incluso llegaron al Cajas, ahí donde estarían más seguros ya que no existían edificios que se pudiesen colapsar sobre ellos. Otros permanecían en las calles a la espera del fenómeno natural, pero mientras tanto se deleitaban de un canelazo, para calmar los nervios.

Pero llegó las 3 de la mañana y nada pasó. La gente comenzó a regresar a sus casas porque el terremoto nunca se dio. Otros pensaron que el terremoto no era puntual y decidieron esperar un poco más, por si las moscas. Una noche en donde nadie durmió. Una noche en donde todos fueron “giles”.

¿Quién originó el rumor?. Nadie lo sabrá a ciencia cierta.

 

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